Si...sorprendente...lo que veis no son fotos muy sugerentes (aunque lo parezcan) son dibujos a boli. El artista Juan Francisco Casas, nacido en La Carolina (Jaén). Este artista el cual se licenció en la facultad de Bellas artes de Córdoba, y que obtuvo el Premio Nacional de Fin de Carrera, y que además tiene un curriculum magnifico, entre estudios y exposiciones que a llevado a cabo, como por ejemplo este último año en Arco (Madrid), DRAWING NOW PARIS/ LE SALON DU DESSIN CONTEMPORAIN (Paris), ALTERNATIVE, exposición colectiva en Galerie Seine 51 (París); podéis ver toda su increíble trayectoria profesional en su página oficial
http://www.juanfranciscocasas.com
Y por último. para que entendais mejor su concepción de su arte os dejo una entrevista suya:
¿Cómo es su relación con el bolígrafo Bic Cristal?
El boli Bic y yo hemos estado juntos toda la vida pero a estos niveles nuestra relación es de hace tres años. Mi trayectoria en el mundo del arte comienza con la pintura, con óleo sobre lienzo, aunque la temática siempre ha sido la misma.
¿Le podemos llamar hiperrealismo?
No me gusta llamarle hiperrealismo porque no trabajo con aerógrafo y de cerca sí se ven las pinceladas o los trazos del bolígrafo.
Pero parece que le preocupa el hiperrealismo.
No, no me obsesiona el acabado fotográfico y el trazo se ve claro y evidente, hay incluso alguna mancha de tinta. Es verdad que a cierta distancia el efecto visual es muy realista, pero no es lo que interesa.
Los formatos han ido creciendo, ¿por qué?
A mí me interesaba agrandar el formato para utilizarlo conceptualmente. Resalto mucho y magnifico momentos que a priori pueden ser banales, pero yo así los subrayo.
¿Apoya su carrera la casa Bic?
Pagó un catálogo hace un par de años y me regalaron decenas de cajas de bolígrafos, si.
Sus temáticas son siempre figurativas y transmiten mucha fuerza y juventud. ¿qué nos quiere contar?
Intento que sea un momento banal, efímero de diversión. que capturo con mi cámara y que siempre queremos recordar. Son momentos en los que me encontraba bien, momentos positivos que funcionan casi como un diario de mi vida.
¿Prepara las sesiones de fotos?
No, nunca preparo nada, los modelos son siempre gente de mi entorno, son mis amigos, mis novias… Evidentemente yo cuento con su complicidad, cuando cojo las cámaras todo el mundo sabe que hay una posibilidad muy grande de que acaben en un cuadro. Tampoco hago encargos, tienen que ser mis amigos, porque lo que sí busco es la naturalidad.
¿Cuánto tiene su trabajo de autobiografía?
Mucho, mis cuadros son mis transcurso personal.
Se lo pasa usted muy bien.
Sí, sí…. Aunque también quiero hablar de esa alegría y de esa juventud. Es como un álbum personal.
Entonces usted pinta su vida, lo que quiere decir que su obra nos la va a ir contando, ¿por qué desde las personas?
Porque concibo mi vida por las personas que conozco y por lo que me aportan. Me interesa la gente y poco más, por eso trabajo el retrato.
¿Hay alguna parte del cuerpo que le inspire más que otras?
La cara. Me interesa la expresión y la forma de reconocer a las personas.
Y siempre con una expresión digamos deformada.
No son expresiones de pose, de “ponte guapo”, son expresiones dinámicas que muchas veces son ideas del propio modelo.
¿Cuáles son sus referentes artísticos?
Ahora mismo me interesa mucho la fotografía de Wolfgang Tilmans o la pintura de Luc Tuymans y Gerhard Richter, pero mi inspiración viene casi desde cualquier cosa. Me interesa casi todo, porque de casi todo puedo sacar ideas. Incluso una película malísima puede darte una escena que te impacte.
¿Cuánto de técnica hay en este evidente don de artista?
Mucha. En la facultad de Bellas Artes se le da muy poca importancia a la técnica. Yo he tenido que trabajar de una forma autodidacta para llegar a hacer estas obras. Si no hubiera llegado a estos niveles técnicos no me hubiera dedicado a la pintura y posiblemente no tendría nada que ofrecer.
Sorprende también la calidad y la limpieza de la luz que muestra en sus cuadros.
Yo trabajo con cámaras compactas muy normales. Pero siempre las hago con flash porque me interesa reflejar ese momento congelado detenido que el flash te da. Esa es la luz.
¿Hay añoranza de esos buenos momentos en su trabajo?
Hay mucho de eso. Evidentemente hay un intento casi patético de recuperar el momento en el que fuiste feliz. Incluso en las series de hasta 8 cuadros del movimiento de una persona, quiero expandir o exprimir al máximo ese momento de felicidad, para que se perpetúe en el tiempo.
¿Es su obra “más fácil” para el público en unos tiempos en los que el arte parece muy distanciado del espectador?
Sí, me gusta que la gente entienda mi arte. Me gusta que lo pueda entender, aunque sea por diferentes motivos, a un crítico de arte o al panadero de mi pueblo.
¿Es más sencillo quedarse como espectador, en la superficialidad de una obra realista?
Si, y eso es lo peligroso de mi elección. Mucha gente es reacia a escarbar en lo que hay detrás, se queda en la obviedad.
¿Cree que hay cada vez más distancia entre el artista y el público?
Creo que el triángulo entre artista, crítico y público se ha roto. Hay mucha gente que ve arte sin saber nada de arte y se quedan siempre con la crítica a lo que consideran malo, llamativo, escandaloso o no entienden. No hay un esfuerzo.


Irene Rubio Merayo